El derecho
a la posesión de armas consiste
en el derecho de
cualquier individuo a la tenencia, uso y transporte de armas, con
fines defensivos,
deportivos y cinegéticos (como medio de supervivencia o deporte),
sin perjuicio de otras actividades legales que pudieran realizarse
con las mismas.
La Segunda
Enmienda a
la Constitución
de los Estados Unidos de América es
parte de la llamada Carta
de Derechos aprobada
el15 de diciembre de 1791.
Da el derecho
a la posesión de armas. En los Estados
Unidos de América la
ley da pocas limitaciones para portar armas.
En
Estados Unidos hay un arma por cada ciudadano: 300 millones en total,
esto produce que sea uno de los países con mayor número de armas
por ciudadano.
Para
comprar armas de alto poder en Estados Unidos sólo se requiere tener
21 años, presentar el
carnet de conducir, y rellenar un formulario. Así, sin ninguna
pregunta o sin investigación con un tiempo de espera, James Holmes,
asesino de 12 personas en el estreno de la última película de
Batman compró: dos pistolas Glock calibre 40, una escopeta Remington
870, un fusil de asalto M&P 15 y munición.
En
Estados Unidos, cada ciudadano tiene derecho a la posesión de armas
de fuego con las que poder defenderse, y es que en Estados Unidos
premia el individualismo, cada persona es libre y premia los derechos
de cada individuo ante los del grupo. En Estados Unidos, se afirma
que, la única manera de parar a un hombre malo con un arma es un
hombre bueno con un arma.
¿Qué
se debe hacer en Estados Unidos? ¿Dejar que cada persona siga
disponiendo de un arma y que cada uno la utilice como el crea
necesario?
Claramente,
en Estados Unidos se debería, o bien, prohibir la venta de armas
como “defensa personal” o hacer un seguimiento de cada comprador
y someterle a test que permitan conocer el estado mental de cada uno,
aunque sea un país muy libre, la libertad de uno no debería ser la
causante de matanzas. Un ciudadano sin instrucción o, aun en el caso
de saber utilizar un arma, no debería poder disponer de armas
militares, como fusiles de gran calibre, en su casa.
Se
siguen viendo casos de grandes matanzas como la de Adam Lanza, que le
bastó con coger cualquier fusil de tantos que tenía en su casa para
cometer el crimen que acabó cometiendo en la escuela de Connecticut.
No puede ser un padre correcto aquel que pone un arma en las manos de su hijo de 3 años, aunque sea la tradición y ésto es algo que se ve con frecuencia y normalidad en la sociedad americana.
Hay
otras maneras de que el país pueda demostrar lo libres que son sus
ciudadanos sin la necesidad de darles un arma a cada uno.
