Aristóteles
fue un filósofo con un marcado sentido teleológico. Para
Aristóteles, todo lo que hace el hombre, lo hace orientado hacia un
fin y en él, el fin era la felicidad.
“Sólo
hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es
un juego.”
En
Aristóteles nos encontramos un fuerte carácter eudemonista, es
decir, el fin del hombre se encuentra en la felicidad. Para alcanzar
la felicidad, Aristóteles desarrolló el término de virtud y para
él la virtud no era un regalo de los dioses ni el producto del
azar, sino que teníamos que conquistarla lo que nos supone un largo
y costoso ejercicio, que denominamos como un hábito.
Estamos
cansados de oír la palabra hábito, todo el mundo decimos que
tenemos el hábito de por las mañanas hacer tal cosa o por las
tardes otras, pero para Aristóteles un hábito eran esas acciones
que el ser humano realizaba y le permitían desarrollarse
positivamente y convertirse en una mejor persona. Por otra parte, en
la actualidad para la mayoría de nosotros no es una virtud el
alcanzar la felicidad, simplemente intentamos ser felices para
sentirnos mejor y vivir positivamente el día a día, pero para este
filósofo, el alcanzar el fin del hombre, el cual, desde mi punto de
vista, todos deberíamos conseguir, la felicidad es una virtud y es
propia del hombre sabio.
En
esta frase nos encontramos sus dos puntos de vista, sobre la
felicidad y sobre la virtud, estableciendo que la felicidad supone
una virtud porque es un esfuerzo, es un hábito que el hombre
desarrolla continuamente y que le permite conseguir el fin, es decir
la felicidad o como él la denominaba, “eudaimonía”
Platón, filósofo clásico intentó
explicar el mundo, a través de sus pensamientos y creencias. Platón
explicó el mundo dividiéndolo en dos, por una parte, el mundo de
las ideas y por la otra el mundo físico. Esto choca con nuestra
concepción moderna del mundo, pues el mundo físico sí, es aquello
que vemos, donde nos encontramos todos los seres de este planeta,
pero, ¿qué es ese mundo de las ideas?
Platón, sentó las bases de religiones
posteriores. Para él, el mundo físico era creado por el Demiurgo,
que era aquel ser que ordenaba todo basándose en el mundo de las
ideas, pero qué es esto si no puro cristianismo o Islam. En nuestra
religión y cultura occidental, el cristianismo nos cuenta que Dios,
el que para Platón es el Demiurgo, crea todo desde la nada,
basándose en sus propios pensamientos e ideas divinas, en siete días
y siete noches.
Todo esto nos hace avanzar y llegar a
ese mundo que nos resulta algo más extraño, el mundo de las ideas.
Extraño, a la par que posible y razonable en la mentalidad de la
época pues, estableciendo las ideas como algo mucho más real aún que el mundo físico, podemos explicarlo. Si el Demiurgo, o posteriormente Dios para las
religiones, crea el mundo físico desde la nada, este mundo no ha
existido siempre, no es eterno ni infinito, pues igual que se ha
creado, puede llegar a su fin. Entonces, ¿qué sería el mundo de
las ideas? Simplemente sería aquel mundo donde residen las ideas,
que a diferencia del mundo físico, siempre han existido y éstas son
eternas e inmutables.
En Platón, ya se encontraba presente
el pensamiento de religiones, pues el mundo de las ideas sería aquel
lugar donde el hombre conseguiría alcanzar la idea de Bien, o
simplemente el bien. El mundo de las ideas es donde tiene lugar
el encuentro y la fusión entre las personas y el bien
y esto no es más que el “paraíso” donde todo se encuentra ahí
de una manera perfecta, como las ideas, donde reside la perfección.
La puerta de
los tres cerrojos es un libro que leí el verano pasado y en mi
opinión es un libro que parece como si fueras un niño de 3 años
pero que permite entender el gran mundo de la física cuántica a
cualquier tipo de público, haciendo que nos pique (aun más a
algunos) la curiosidad sobre esta gran ciencia.
Argumento:
Niko,
un chico solitario de catorce años, no se imagina las consecuencias
que le traerá no seguir el camino que cada día recorre para llegar
al instituto. Al variar su ruta, descubre una casa que nunca antes
había visto. Atraído por el misterio, se adentrará en ella y se
verá inmerso en un extraño universo. Dentro del mundo cuántico
ocurren cosas sorprendentes, desde una guerra entre la materia y la
antimateria hasta las desapariciones del gato de Schrödinger,
pasando por un taller de relojería donde se pone a prueba la
relatividad del tiempo. Inmerso en esta aventura inesperada, Niko
tiene la misión de devolver el equilibrio, ahora en peligro, entre
su mundo y el universo cuántico que acaba de descubrir.
Para
entender la física cuántica, básicamente, es un conjunto de
teorías que estudia el comportamiento de las partículas
fundamentales que componen la materia, la física cuántica nos
explica que estas partículas se comportan de una manera
extraordinaria, pueden atravesar paredes, pueden teleportarse,
incluso pueden estar en dos sitios a la vez.
Nos
creemos que la física cuántica no sirve para nada, pero más del
30% de nuestras vidas transcurre gracias a la física cuántica,
cuando vamos al supermercado, la puerta se abre gracias al espectro
fotoeléctrico, los lásers, los lectores de DVD que todos
utilizamos, los transistores, que permiten que podamos ver la
televisión.
Hay
una serie de paradojas relacionadas con la física cuántica, que a
mi siempre me han llamado la atención puesto que son completamente
inimaginables y de las que si no se ven no nos las creeríamos, pero
que están asentadas sobre unas bases que nos permiten entenderlas
como algo totalmente cierto y posible:
Una
es el experimento de Erwin Scrödinger, que es un experimento
imaginario concebido en 1935.
Erwin
Scrödinger plantea un sistema que se encuentra formado por una caja
cerrada y opaca que contiene un gato en su interior, una botella de
gas venenoso y un dispositivo, el cual contiene una partícula
radiactiva con una probabilidad del 50% de desintegrarse en un tiempo
dado, de manera que si la partícula se desintegra, el veneno se
libera y el gato muere.
Al
terminar el tiempo establecido, hay una probabilidad del 50% de que
el dispositivo se haya activado y el gato esté muerto, y la misma
probabilidad de que el dispositivo no se haya activado y el gato esté
vivo. Según los principios de la mecánica cuántica, la descripción
correcta del sistema en ese momento, será el resultado de la
superposición de los estados “vivo” y “muerto”. Sin embargo,
una vez abramos la caja para comprobar el estado del gato, este
estará vivo o muerto.
Con
esta entrada me gustaría conseguir lo que consiguieron hacer
conmigo, acercarme el mundo de la física cuántica, que es algo
totalmente espectacular, y poder entenderlo mínimamente, y a partir
de ahí reflexionar sobre el. La física cuántica es algo que todo
el mundo debería conocer, porque dentro de poco estará aun más
entre nosotros y será como aquel que dice: “el pan de cada día”.
Respecto
al libro, un libro fantástico que recomiendo leer, nos presenta la
física cuántica al alcance de todos, es un libro ameno y divertido
y del que se puede aprender mucho. Un enigma que plantea el libro y
que siempre he recordado: Imaginaos una calle por la que circula un
coche oscuro, sin luces. Todas las farolas de la calle están
apagadas. No hay resplandor de ninguna casa ni luz proveniente de los
escaparates. De repente, un gato negro cruza por delante del coche.
Sin embargo, el conductor frena a tiempo antes de atropellarlo, ¿cómo
ha conseguido verlo?
Tras
leer páginas posteriores y descubrir que pocas “luces” tenemos,
encontré la solución, ¿quién dijo que fuese de noche? ¡Era pleno
día!
Nuestro
carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el
que nos mantiene en ellos.
Cuando
discutimos con alguien, cuando queremos conseguir algo o cuando
queremos quedar por encima los demás, surge en nosotros esa tozudez
que caracteriza muchas veces a la especie humana, no vamos a ser
menos que el vecino; ese “piltrafa” no se le da mejor que a mi
hacer cualquier cosa; si quiere que hablemos, primero que se disculpe
él. Todo esto no nos deja ver, en la mayoría de las veces, que
basta con poner un granito de arena de tu parte para que todo pueda
solucionarse y volver a como era antes.
A
todos, aunque muchos no lo reconozcan, nos gusta ser alguien único y
por encima de los demás en algo, pues esto nos hace sentirnos
realizados y elevar nuestro ego y nuestra autoestima, en ocasiones
hasta niveles en los que se puede llegar a la pedantería. A quién
no le gusta sobresalir en algo, en sus estudios, en sus virtudes,
jugando al fútbol, tocando un instrumento, pero esto puede producir
consecuencias negativas en quien lo experimenta.
Si
bien es cierto que, intentar ser el mejor en lo que nos es posible es
bueno, pues nos hace poseer ese grado de ambición y perseverancia
que no tendríamos si no nos comportásemos así. El ser humano es un
ser competitivo entre sí, como animales que somos intentamos ser los
primeros y los mejores en todo. Lo necesario es encontrar un punto en
el que seamos capaces de controlar nuestro ego y nuestro orgullo y
poder alcanzar nuestras metas ambiciosas que deseemos.
Como
dijo Esopo hace miles de años: “Nuestro carácter nos hace
meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en
ellos”.
Como
dije líneas arriba, ¿por qué voy a ser yo quien intente arreglar
esto?, ¿por qué le voy a hablar yo si el no lo hace?, solo es
necesario la buena fe de cada uno de nosotros para poder solucionar
nuestras diferencias y arreglar nuestros problemas, aportando un poco
de nuestra parte haremos de nuestras vidas algo mejor, pero para
ello, todos debemos de colaborar, reduciendo nuestro orgullo y
bajando nuestro ego.
Diariamente nos enfrentamos a
situaciones que nos producen cierta tristeza o cierta sensación de malestar,
debido a que éstas situaciones hacen que nuestra autoestima caiga y veamos todo
de una forma negativa. Basta suspender un examen para creer que no tú no vales
para estudiar, basta con caerte corriendo, para creer que tú jamás valdrás para
hacer deporte. Esto produce que nos encerremos en nuestros lamentos, y no acabemos
consiguiendo encontrar ese camino de salida que necesitamos para llegar a algo
mejor. Cuando ocurre algo malo, a todos nos afecta, y unas personas lo expresan
de una manera, como llorando, y otros tienen esa frialdad que les permite
controlar la situación, pero al final, cualquier mal suceso, afecta en parte a cada
persona.
Pero, “Si lloras por haber
perdido el sol, las lágrimas no te permitirán ver las estrellas”.
Esto traducido literalmente
significaría que perderse algo tan bonito como puede ser una puesta de sol, no
nos puede hacer que lloremos, puesto que si lo hacemos, no podremos ver lo que
hay más allá de ello, como pueden ser las estrellas.
Desde un punto de vista más personal,
no podemos dejar que las cosas nos afecten de forma tan negativa porque nos
puede estar cerrando la ventana que nos permita ver más allá de lo que en
realidad pasa.
Yo pienso que el destino sí está
escrito, da igual la manera de actuar ante una cierta situación, si escojo A o
si escojo B como formas de actuar, estaré creando un futuro diferente y esto será
porque algo va hacer que escoja una u otra. Pienso que aquello que no está en
tu vida, es porque en algún momento te podría perjudicar. Hay veces en la vida
que se nos escapan trenes que podrían tener geniales destinos, pero si no los
coges, es porque siempre habrá otro que traiga un destino mejor y entonces es
ése el que verdaderamente debes coger, porque será el que te haga feliz.
Siempre debemos mirar hacia delante,
no preocuparnos en lo que ha pasado, sino en lo que debes hacer para que lo que venga sea aun mejor. No debemos vivir siempre en la preocupación por lo que sucede,
sino buscar un equilibrio que nos permita guiar nuestras vidas de manera
correcta y que nos haga prosperar.
Un
óvulo, un espermatozoide, el mismo útero, el mismo sexo y dos o más
niños o niñas con la misma carga genética. Así son los gemelos:
exactamente iguales. Pero, a pesar de tanta semejanza, son dos
personas distintas, con intereses, gustos, habilidades, defectos y
personalidades diferentes. Precisamente en la dificultad para
diferenciar estos individuos tan similares yace el mayor problema
psicológico con el que se encuentran los gemelos; la falta de
identidad y autonomía.
Uno
de los consejos que los especialistas dan a los padres es que cada
niño tenga su propia ropa, y que no estén vestidos siempre del
mismo modo. Está claro que muchos padres no pueden resistirse a la
tentación de vestir a sus gemelos de manera similar. Tal vez eso no
sea perjudicial cuando son muy pequeños, pero, con el tiempo,
contribuye a que muchas de las personas que rodean a los gemelos no
puedan diferenciarlos.
Si
bien está claro que nuestro patrimonio genético determina un número
de rasgos físicos y ciertas tendencias de nuestro organismo, también
es cierto que los estilos de vida, la nutrición y hasta el contexto
cultural pueden tener una importancia equivalente en los caminos de
la salud.
Es
aconsejable que cada gemelo sea tratado por diferente, ya que, al ser
tan iguales, se puede llegar a perder la identidad propia de cada
gemelo, porque un gemelo se puede hacer la pregunta de: ¿yo soy yo?,
¿o soy nosotros?
La
experiencia con gemelos demuestra que la genética les hace llevar
información igual, esto provoca que posean características
semejantes, como algunas costumbres, o manes de hacer las cosas. Se
ha podido estudiar que esto también se produce en gemelos que son
separados al nacer, y que aun siendo socializados de forma diferente,
los dos comparte características semejantes.
Esto
puede producir que un gemelo piense que si el es una persona, con
personalidad propia, o es una persona que vive en universos
paralelos.
Un
gemelo siempre va a pensar que no es único, y para ello es
necesario tratarlos como si verdaderamente lo fuera, para que no se
forme preguntas con su identidad. En mi opinión, ninguna persona, por muy parecida a otra, es igual, hay muchas personas en el mundo, pero cada uno nos hacemos únicos, decidimos cómo comportarnos, que hacer esta tarde, elegir nuestros amigos, elegir nuestro corte de pelo, nuestro estilo de vocabulario, y todo esto no es elegido igual por dos personas.Simplemente el ambiente nos hace diferentes unos de otros, el lugar en el que fuimos educados, como la escuela, las actividades deportivas que hacemos. Dos gemelos no son dos "muñecos" graciosos que visten igual, si no dos personas totalmente diferentes, las cuales cada una tienen necesidades diferentes. Puede haber gemelos que al nacer sean totalmente idénticos, dos gotas de agua, pero con el paso del tiempo, cada uno será diferente, aunque vistan igual, cada uno tendrá su propia opinión y su punto de vista personal sobre los diferentes aspectos de la vida. Solo dos personas que tengan la misma opinión sobre todas las cosas se las puede considerar iguales, el físico es solo una apariencia, puede haber varias personas que vistan tu camiseta y hasta tus mismos pantalones, pero no son tú, porque solamente nosotros mismos somos los que nos configuramos mentalmente, que al final, es lo que nos acaba haciendo únicos.
Vivimos
en un mundo libre y, se supone, que tenemos la libertad de elegir lo
que queremos pensar, ser o hacer, es decir, todos poseemos nuestra
libertad interior la cual decidimos qué hacer con ella. La realidad
es que vivimos en un mundo muy condicionado influenciado por los
medios y por la gente. Tendemos a hacer o creer lo mismo que lo que
cree otra gente.
Parece
como si no nos gustara usar nuestras mentes, solo seguimos al líder.
Los “famosos” están vendiendo lo que ellos piensan, utilizando
los productos que a ellos les gustan y nosotros solo estamos
siguiéndolos. Libertad, no es ya la misma palabra; su significado
está cambiando.
Entendemos
por libertad a la capacidad que tiene el ser humano de poder obrar
según su propia voluntad, a lo largo de su vida. Siendo responsable
de sus actos. Pero, a día de hoy, la gente ya no obra según su
propia voluntad, simplemente, simpatiza con alguien y a partir de
entonces le sigue y le empiezan a gustar todas sus opiniones y se
deja influenciar por ellas, algunas veces, simplemente porque las
piensa la otra persona y por eso le gusta a él también.
Cada
vez el ser humano se va convirtiendo en un ser más heterónomo,
dependiente de otras personas para formarse a sí mismo.
Yo
pienso que cada uno debemos ir cogiendo lo que más nos gusta de cada
persona que vamos conociendo, quedarnos con lo bueno y desechar lo
malo, pero también pienso que es necesario, de vez en cuando, pensar
algo por nosotros mismos, ir forjando nuestra forma de ser y nuestro
carácter dependiendo de lo que nosotros pensamos por lo que vamos
comprobando a lo largo del tiempo, pero nunca debemos tener un
pensamiento acerca de algo simplemente porque otra persona lo tenga.
El pensamiento de otra persona nos puede gustar, pero debemos
interiorizarlo, hacerlo propio, reflexionar sobre ello.
Las
personas que saben cómo pensar por sí mismas son realmente libres e
independientes, son personas autónomas que no necesitan a nadie para
crear su forma de ser y su pensamiento. Son las personas que
demuestran una completa madurez, una buena personalidad y de las que
al final más se puede aprender.
Yo
soy libre para pensar, hablar y actuar por mí mismo y tengo la
libertad de equivocarme y aprender de ello.