LA
PUERTA DE LOS TRES CERROJOS

La puerta de
los tres cerrojos es un libro que leí el verano pasado y en mi
opinión es un libro que parece como si fueras un niño de 3 años
pero que permite entender el gran mundo de la física cuántica a
cualquier tipo de público, haciendo que nos pique (aun más a
algunos) la curiosidad sobre esta gran ciencia.
Argumento:
Niko,
un chico solitario de catorce años, no se imagina las consecuencias
que le traerá no seguir el camino que cada día recorre para llegar
al instituto. Al variar su ruta, descubre una casa que nunca antes
había visto. Atraído por el misterio, se adentrará en ella y se
verá inmerso en un extraño universo. Dentro del mundo cuántico
ocurren cosas sorprendentes, desde una guerra entre la materia y la
antimateria hasta las desapariciones del gato de Schrödinger,
pasando por un taller de relojería donde se pone a prueba la
relatividad del tiempo. Inmerso en esta aventura inesperada, Niko
tiene la misión de devolver el equilibrio, ahora en peligro, entre
su mundo y el universo cuántico que acaba de descubrir.
Para
entender la física cuántica, básicamente, es un conjunto de
teorías que estudia el comportamiento de las partículas
fundamentales que componen la materia, la física cuántica nos
explica que estas partículas se comportan de una manera
extraordinaria, pueden atravesar paredes, pueden teleportarse,
incluso pueden estar en dos sitios a la vez.
Nos
creemos que la física cuántica no sirve para nada, pero más del
30% de nuestras vidas transcurre gracias a la física cuántica,
cuando vamos al supermercado, la puerta se abre gracias al espectro
fotoeléctrico, los lásers, los lectores de DVD que todos
utilizamos, los transistores, que permiten que podamos ver la
televisión.
Hay
una serie de paradojas relacionadas con la física cuántica, que a
mi siempre me han llamado la atención puesto que son completamente
inimaginables y de las que si no se ven no nos las creeríamos, pero
que están asentadas sobre unas bases que nos permiten entenderlas
como algo totalmente cierto y posible:
Una
es el experimento de Erwin Scrödinger, que es un experimento
imaginario concebido en 1935.
Erwin
Scrödinger plantea un sistema que se encuentra formado por una caja
cerrada y opaca que contiene un gato en su interior, una botella de
gas venenoso y un dispositivo, el cual contiene una partícula
radiactiva con una probabilidad del 50% de desintegrarse en un tiempo
dado, de manera que si la partícula se desintegra, el veneno se
libera y el gato muere.
Al
terminar el tiempo establecido, hay una probabilidad del 50% de que
el dispositivo se haya activado y el gato esté muerto, y la misma
probabilidad de que el dispositivo no se haya activado y el gato esté
vivo. Según los principios de la mecánica cuántica, la descripción
correcta del sistema en ese momento, será el resultado de la
superposición de los estados “vivo” y “muerto”. Sin embargo,
una vez abramos la caja para comprobar el estado del gato, este
estará vivo o muerto.
Con
esta entrada me gustaría conseguir lo que consiguieron hacer
conmigo, acercarme el mundo de la física cuántica, que es algo
totalmente espectacular, y poder entenderlo mínimamente, y a partir
de ahí reflexionar sobre el. La física cuántica es algo que todo
el mundo debería conocer, porque dentro de poco estará aun más
entre nosotros y será como aquel que dice: “el pan de cada día”.
Respecto
al libro, un libro fantástico que recomiendo leer, nos presenta la
física cuántica al alcance de todos, es un libro ameno y divertido
y del que se puede aprender mucho. Un enigma que plantea el libro y
que siempre he recordado: Imaginaos una calle por la que circula un
coche oscuro, sin luces. Todas las farolas de la calle están
apagadas. No hay resplandor de ninguna casa ni luz proveniente de los
escaparates. De repente, un gato negro cruza por delante del coche.
Sin embargo, el conductor frena a tiempo antes de atropellarlo, ¿cómo
ha conseguido verlo?
Tras
leer páginas posteriores y descubrir que pocas “luces” tenemos,
encontré la solución, ¿quién dijo que fuese de noche? ¡Era pleno
día!
